Esa es una pregunta muy interesante. Yo opino que no es así y... son muchas las razones que creo que me avalan en esta respuesta.

No debe ser es una opción frente a otros métodos y en este sentido ya hemos hablado anteriormente:

• Ya hemos comentado que su eficacia es menor que los métodos convencionales.
• Su uso surge como fruto siempre de un fracaso puesto que dando por hecho que la paciente no desea la gestación:
• nos ha fallado el método elegido hasta ese momento o,
• hemos fallado en proporcionar a la mujer la información necesaria para escoger un método anticonceptivo adecuado a sus circunstancias.

Existen trabajos que nos demuestran que el uso es mayor en aquellas a las que se les había explicado y entregado su receta de forma previa.  Lógico... si tengo la información puedo usarla. No obstante,  no fue mayor el uso repetido que en pacientes a las que no se había informado del mismo de forma previa a su uso. Y... muy importante, la tasa de embarazos fue menor.

En definitiva las mujeres bien informadas, que es lo que pretendemos con estos programas, hacen un uso razonable y responsable de la información.