La amniocentesis es una técnica para comprobar la normalidad de los cromosomas que tiene el futuro bebé.
El problema es que ciertas alteraciones de estos cromosomas pueden ser síndromes que pueden dar exámenes ecográficos casi normales y pasar desapercibidos.
Antes se realizaban a todas las embarazadas que superaban los 35 años, ya que está demostrado que a partir de entonces es cuando más frecuentemente se pueden dar estas alteraciones, aunque también se pueden dar a cualquier edad.
Actualmente en nuestra consulta recomendamos los test genéticos de DNA fetal que se realizan a partir de la semana 10 para realizar un cribado de estas alteraciones cromosómicas. En estos casos, solo hace falta una extracción de sangre de la embarazada que complementamos con una exploración ecográfica anterior. Utilizamos la amniocentesis para confirmar el diagnóstico si nos llega un resultado anómalo.
¿En qué consiste esta técnica?
Se utiliza una aguja muy fina que no produce dolor para que, con control ecográfico, alcancemos una laguna de líquido amniótico y extraer una pequeña cantidad del mismo. En todo momento estamos controlando la posición del feto y la placenta para no dañarlas.
Este líquido se remite a un laboratorio de genética para su cultivo y, en un plazo de pocos días, nos proporcionan una primera información sobre los resultados, aunque la definitiva puede tardar 15 días dependiendo de las pruebas que se soliciten.
Es una técnica segura y con muy pocos casos de pérdidas de la gestación.
