¿Qué es un mioma? Diferencias entre miomas Problemas y síntomas provocados por miomas ¿Qué pasa con los miomas durante el embarazo? Diagnóstico de un mioma Extirpación y tratamiento de los miomas
Escucha el programa de radio ‘Solo para ellas’ de Onda Cero Alcázar de San Juan donde hablamos sobre los miomas:
¿Qué es un mioma?
El organismo tiene dos tipos de músculos, de tejidos, con capacidad para contraerse:
- Músculo estriado, el que constituye lo que todos conocemos como los músculos de las piernas, brazos, etc. Este es el tipo de músculo que nos permite movernos, el que entrenamos en el gimnasio.
- Músculo liso, fundamentalmente es el que permite la motilidad de las vísceras huecas. El estómago, el intestino y el propio útero son órganos huecos con capacidad para moverse y contraerse, por eso el alimento progresa en el tubo digestivo o los fetos son expulsados del seno materno al contraerse las fibras musculares del útero.
Los leiomiomas son tumores benignos que surgen a partir del músculo liso de las vísceras huecas.
Por su frecuencia en la mujer, coloquialmente se asocia el leiomioma a los o leiomimas de origen uterino, lo que conocemos como miomas. Así pues, recalcar que son tumoraciones benignas, solo muy excepcionalmente tienen relación con el cáncer, en ese caso los denominamos sarcomas.
Los miomas son tremendamente frecuentes. Entre el 25-50% de las mujeres tienen miomas uterinos. Es decir, que 1 de cada 3 mujeres tiene miomas, y decimos miomas porque pueden ser únicos o, la mayoría de las veces, múltiples.
Diferencias entre miomas
En esencia, el tumor es el mismo pero los clasificamos en función de su localización, ya que va a ser ésta y el tamaño lo que van a condicionar los síntomas o problemas asociados a su patología. Así pues, los clasificamos como:
- Subserosos, si se encuentran por fuera de la víscera hueca que es el útero.
- Intramurales, si están ubicados en el grosor de la pared del útero.
- Submucosos, aquellos que se encuentran dentro de la cavidad, dentro del hueco del útero.
Problemas y síntomas provocados por miomas
Teniendo en cuenta lo frecuentes que son, lo más habitual es que no tengan ningún síntoma. Esto es así incluso cuando son muy grandes (8-10 cm). La mayoría de las veces son una anécdota en el diagnóstico y no le dan ningún problema a la paciente a lo largo de su vida.
Aún así, hay algunos que pueden producir:
- Problemas menstruales. Reglas más largas, más abundantes, sangrados irregulares… Esto suele suceder si son submucosos y si son muy numerosos.
- Dolor. Puede ser durante las reglas o durante las relaciones sexuales o en determinadas posiciones, dependiendo de su localización.
- Síntomas derivados de la comprensión de órganos vecinos, en aquellos de gran tamaño o de crecimiento rápido. Si comprimen la vejiga, la paciente puede tener ganas de orinar con mucha frecuencia o problemas durante la defecación.
- Sensación de bulto en el abdomen, también en los de gran tamaño. La paciente puede tocar un bulto que, obviamente, dependerá del tamaño y la localización del tumor.
- Rara vez puede ser la causa de abortos o de esterilidad.
¿Qué pasa con los miomas durante el embarazo?
En la mayoría de los casos conviven con la embarazada y su feto sin ocasionar ningún problema. Sí es cierto que, durante el embarazo suelen aumentar de tamaño y, lógicamente, depende del tamaño que partimos y de cuál sea su localización pueden crear algunos problemas:
- Dolor, ya no sólo porque compriman los órganos vecinos sino que ese crecimiento rápido durante el embarazo puede generar dolor por la distensión rápida del tumor.
- Cuando son grandes y se colocan por debajo de la presentación fetal (debajo de la cabeza del feto) nos obligan a realizar una cesárea por obstruir el canal del parto.
- Dependiendo de su ubicación pueden condicionar más incidencias o anomalías en la presentación (presentación de nalgas, situaciones transversales, etc.).
- En algunos casos, se incrementa el riesgo de tener un parto prematuro.
- Los que son grandes y crecen, además, durante el embarazo hacen que el abdomen de la embarazada crezca más deprisa.
No obstante, insistir en que la mayoría de los miomas conviven en paz con su portadora y con el feto. Después del embarazo, las aguas vuelven a su cauce y disminuyen de tamaño, regresando habitualmente a sus tamaños previos.
Diagnóstico de un mioma
Fundamentalmente, el diagnóstico es ecográfico. En algunos casos se precisa la realización de una histeroscopia para aquellos que sean submucosos, tanto en el diagnóstico como para su extirpación. Rara vez son necesarias otras técnicas de imagen como el TAC o la RNM para distinguirlos de tumoraciones ováricas o de otros orígenes.
Extirpación y tratamiento de los miomas
Hay que adecuar el tratamiento a cada caso y aquí no sirven las normas de “convivencia”:
- Si los miomas son pequeños y no dan síntomas, solo los vigilamos periódicamente para valorar si existen cambios. La mayoría, también, disminuyen de tamaño en la menopausia, de tal formas que en algunos casos de trata tan solo de esperar cierto tiempo y los miomas pierden su importancia.
- Para los submucosos es necesaria una histeroscopia diagnóstica para valorar la proporción de mioma que se encuentra dentro de la cavidad uterina. Aquellos que están en su mayor parte entro de la cavidad se pueden resecar mediante una histeroscopia, dado que habitualmente, son sintomáticos.
- En otros casos en los que se pueden resecar los miomas submucosos o en aquellos que son múltiples y generan problemas menstruales, se pueden colocar un DIU liberador de hormonas que resuelve los síntomas aunque no elimine los miomas.
- Si es de rápido crecimiento o por el tamaño dan síntomas a la paciente y, en algunos casos, esterilidad, optamos por la cirugía y puede realizarse miomectomías (quitar solo el mioma) o histerectomía (quitar todo el útero) si la paciente no desea tener más hijos. En estos casos, se pueden aplicar medicaciones que disminuyen temporalmente el tamaño de los miomas para facilitar la cirugía.
- En algunos centros se realiza una técnica que consiste en trombosar, en embolizar los vasos sanguíneos que alimentan estos tumores, de tal forma que sin cirugía se pueden eliminar. Se necesitan para ello radiólogos, intervencionistas con experiencia y aún así quedan algunas dudas sobre la fertilidad los resultados de embarazos tras estas técnicas.