En los últimos años y por diferentes motivos, las parejas han ido retrasando la edad en la que intentan tener el primer hijo. Las españolas, de media, tienen su primer hijo a los 32 años según el Instituto Nacional de Estadística.
La edad es un factor muy importante en la vida de las personas, pero en el caso de la maternidad y la paternidad se hace todavía más determinante por muchas razones. No solo la rutina, nuestras costumbres diarias y la dedicación que podamos tener cambia con el paso del tiempo, sino que la fertilidad es uno de los principales aspectos que se va limitando a medida que cumplimos años. En el caso de las mujeres, su edad para quedarse embarazada puede afectar a las condiciones que tendrá la gestación durante los 9 meses (más riesgo de abortos, alteraciones cromosómicas en el feto, diabetes, problemas con la tensión arterial, cesárea, etc.) y, por supuesto, a la posibilidad de alcanzar ese embarazo.
Con respecto a los hombres, ellos tienen mayor capacidad fértil que las mujeres. Los espermatozoides se mantienen en buenas condiciones hasta aproximadamente los 50 años, sin embargo, cada año empeora su calidad en más del 10% a partir de los 35.
De tal manera, la esterilidad femenina debe ser considerada por los que nos dedicamos a la ginecología en Ciudad Real como una barrera contra la que hay que luchar. En ese sentido, la preservación de la fertilidad en mujeres es una medida de la medicina reproductiva que consigue bajar la tasa de esterilidad cuando la mujer decide retrasar su momento de quedar embarazada: vitrificar los ovocitos en el periodo de edad en el que se conservan sus mejores cualidades (lo recomendable es antes de los 35 años) hasta que llegue la decisión de ser madre.
Crioconservación
Esta es la técnica destinada a conservar gametos (óvulos y espermatozoides) con fines reproductivos. Para ello es necesario extraer las células del hombre y/o la mujer y congelarlas para poder utilizarlas en el momento deseadoLa criopreservación es un éxito en el mantenimiento de las funciones de las células que se congelan hasta los -196º C del nitrógeno líquido. Así, cuando se extraen, los óvulos y espermatozoides cuentan con las mismas posibilidades de fecundar que en el momento de la preservación.